Fotografía: Simon Harrod
La exploración de la comarca en la que se ambienta Al sur de Granada, la conocida obra de Gerald Brenan, supone el descubrimiento de una belleza singular. Las carreteras y caminos sinuosos nos abren una puerta hacia la tranquilidad más absoluta, hacia el majestuoso paisaje, la gastronomía típica, el pasado histórico con ecos árabes, la leyenda y lo desconocido. Milenios de historia recorren las venas de esta tierra y de sus gentes.
La Alpujarra se extiende en la falda sur de Sierra Nevada desde el Valle de Lecrín y Sierra de Lújar, al oeste, hasta la Sierra de Gádor, el Valle del Andarax y el Campo de Dalías, en el este. La línea de cumbres de Sierra Nevada, con el Pico del Veleta y el Monte Chullo, localiza el límite septentrional mientras que el litoral mediterráneo pone fin en el sur a la vastedad de la comarca alpujarreña.
Fotografía: Joan GGK
Esta región a caballo entre las provincias de Granada y Almería se subdivide en la Alpujarra alta, media y baja, hecho sustentado tradicionalmente en la aparente línea divisoria que dibuja la Sierra de la Contraviesa, una cordillera secundaria paralela a Sierra Nevada y al Mediterráneo. Divisiones que no hacen más que confirmar la complejidad y riqueza de la región, con fuertes contrastes entre las notables localidades pegadas al litoral costero y los pequeños pueblos colgados en las altas cumbres penibéticas.
Fotografía: Daniel Dionne
La parte granadina de la Alpujarra se extiende sobre un total de 1400 kilómetros cuadrados. La mayoría de los pueblos se encuentra a una altitud considerable: la mitad, a más de 1000 metros sobre el nivel del mar. Son pequeños núcleos de población, con calles estrechas, recostados en las laderas más soleadas de los sucesivos barrancos y valles de esta región. Únicamente los pueblos situados en los valles principales (Órgiva, Cádiar, Albuñol y Ugíjar) presentan un urbanismo más amplio y moderno.
Las poblaciones y los lugareños se confunden con el paisaje de un modo sorprendente. Toda una cultura y una tierra se encarnan en la sabiduría centenaria de no pocos pobladores de la comarca, frecuentemente ajenos al exterior. Su lucidez, cordialidad, franqueza y hospitalidad hacen de ellos la mejor tarjeta de visita jamás imaginada.
Fotografía: Pierre Grandidier
Aquí, el tiempo parece detenerse. La región ha superado hoy el aislamiento que había quedado enraizado durante siglos, con la posibilidad material de competir con cualquier otro lugar desde todos los puntos de vista. Al mismo tiempo, la pervivencia del ritmo de épocas ya pasadas, de la cultura y una personalidad bien definida son buenos ejemplos de la grandeza de esta comarca.
Fotografía: Ramiro Ramírez
El prestigioso etnólogo y sociólogo suizo Jean-Christian Spahni así lo afirmó en su obra sobre esta tierra, reflejando que la Alpujarra es el rincón del planeta donde la vida tiene todavía una explicación.